"Somos todos hijos de Dios y tenemos un padre común en la tierra, Abraham. Somos hermanos y donde hay hermandad hay paz, expresó el Santo Padre al saludar a la delegación iraquí participante en la reunión del Comité permanente para el diálogo entre el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso y las Superintendencias iraquíes, compuesta por representantes de diversos grupos religiosos, (chiítas, sunitas, cristianos, yazidíes, sabeos/mandeos).
Acompañados por el cardenal Jean-Louis-Pierre Tauran, presidente de dicho dicasterio, fueron recibidos por el Papa en el Aula Pablo VI. El pontífice aludió a la riqueza de Irak, la cual, dijo "se encuentra precisamente en este mosaico que representa la unidad en la diversidad, la fuerza en la unión, la prosperidad en la armonía".
"Somos hermanos y, como hermanos, todos diferentes y todos iguales, como los dedos de una mano: cinco son los dedos, todos dedos, pero todos diferentes. Doy gracias a Dios, el Señor, que nos ayudó a estar reunidos aquí".
El diálogo entre ustedes, su visita es una verdadera riqueza de hermandad, y, por eso, es un camino hacia la paz, de todos. La paz del corazón, la paz de las familias, la paz de los países, la paz en el mundo. Le pido a Dios Todopoderoso que los bendiga a todos".
Asimismo el pontífice, en sus saludos a los peregrinos de Irak, presentes en la audiencia general celebrada en la Plaza de San Pedro, expresó su "profundo dolor por las víctimas del sangriento conflicto, renuevo a todos la llamada a colaborar con todas las fuerzas en la protección de los civiles, como requisito imperativo y urgente", expresó Francisco.
"Mi pensamiento –añadió- va a las poblaciones civiles atrapadas en los barrios occidentales de Mosul y a los desplazados por la guerra, a quienes me siento unido en el sufrimiento, a través de la oración y de la cercanía espiritual".
Recientemente trascendió el gran número de muertes civiles en la ofensiva contra el Estado Islámico en la ciudad de Mosul. El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein denunció que al menos 307 personas murieron en el oeste de Mosul entre el 17 de febrero y el 22 de marzo y otras 273 resultaron heridas como consecuencia de ataques del Estado Islámico (EI) y bombardeos aéreos.
En las últimas semanas la aviación iraquí y de la coalición internacional bombardearon repetidamente el oeste de Mosul para abrir paso a las tropas terrestres en esta ciudad, ocupada por el Estado Islámico.
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