lunes, 19 de diciembre de 2016

El 10% de los argentinos está abiertamente desocupado

El Observatorio de la Deuda Social Argentina (0DSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA) presentó en el campus de Puerto Madero el informe de avance Empleo, Precariedad Laboral y Desigualdades Estructurales en la Argentina Urbana (2010-2016).
El encuentro estuvo a cargo del rector de la UCA, monseñor Víctor Manuel Fernández; director de Investigación del Observatorio de la Deuda Social Argentina, doctor Agustín Salvia, y del magister Eduardo Donza, investigador.
Monseñor Fernández destacó que con la presentación de este informe se "inicio de una nueva etapa" en el Observatorio de la Deuda Social de la UCA, y expresó su beneplácito por el hecho de que el nuevo Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) cuente con "información mucho más confiable".
"Ante algunas preguntas que hemos recibido, conviene aclarar que esta mejora del Indec no implica que el aporte del ODSA sea innecesario, por lo cual la Universidad seguirá ofreciéndolo. Así lo he decidido con el pleno acuerdo del Consejo Superior y de la Comisión de Obispos de la UCA", subrayó.
En este sentido, el rector de la UCA dio siete razones que lo llevaron a tomar esta decisión, entre ellas que "no es conveniente que sólo el Estado indague, procese, analice y comunique información sobre temas sociales, especialmente sobre la pobreza".
"Hay un detalle no menor, y es que las recientes modificaciones del Indec hacen que sus nuevos informes no sean comparables con los de años anteriores. Los del ODSA sí lo son, y esta clara continuidad hace posible algo muy valioso: un análisis comparativo que permite advertir mejor la evolución real", precisó.
Monseñor Fernández señaló que el Observatorio de la UCA "está avanzando en un nuevo análisis sobre la pobreza, que no se reduce a medir la pobreza por ingresos. Se trata de mirar la pobreza de manera multidimensional, prestando más atención a sus diversos aspectos" y, tras recordar que "en la última presentación, aunque esta novedad no tuvo mucha difusión", anunció que en la presentación de marzo próximo se "mostrará mejor la riqueza de este tipo de análisis".
El informe presenta datos de la evolución registrada por el empleo, la precariedad laboral, el empleo inestable, la desocupación y el riesgo de desempleo en la población económicamente activa de la Argentina urbana entre 2010 y 2016.
En este marco, se analizan las desigualdades sociales estructurales que presenta el mercado de trabajo cuando dicha información se discrimina por origen socioeconómico, demandas sectoriales de empleo, sexo y edad, entre otros indicadores.
Asimismo, se presta especial atención tanto en las tendencias de largo plazo como en los efectos de la actual coyuntura político-económica sobre el mercado de trabajo.
"Durante el último año, las medidas que buscaron resolver desajustes macroeconómicos, a la vez que crear un clima de confianza para lograr una reacción favorable de los mercados, no han tenido la respuesta esperada", advirtió el informe.
"Mientras se mantenga el actual escenario recesivo, sólo cabe esperar un aumento del desempleo, los trabajos de subsistencia y de la precariedad laboral", agregó.
El nuevo informe de la UCA reveló que "sólo el 41,4% de la población económicamente activa posee un empleo asalariado o no asalariado con calidad plena de derechos laborales, 30,7% un empleo regular pero sin vinculación con la seguridad social, 18% está subocupado en actividades de baja remuneración o alta inestabilidad, y 9,9% se encuentra abiertamente desocupado".
"Entre el cuarto trimestre de 2015 y el tercer trimestre de 2016, sin que se hayan registrado cambios relevantes en la tasa de actividad, se confirma una caída del empleo pleno (de 1,6 puntos porcentuales), incluso en el empleo precario", puntualizó.
En otro punto, detalló que entre 2010 y 2016 "la proporción de subempleos inestables pasó de 9,7% a 18% de la población económicamente activa", y atribuyó este fuerte incremento a "las políticas contra-cíclicas de generación de trabajos vinculados a un mercado interno de consumo de bajos ingresos compensó el comportamiento de la desocupación" y también a "un contexto de falta de inversión productiva y de ausencia de creación de empleo pleno".
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