miércoles, 28 de junio de 2017

Malvinas, apoyo de la OEA que suma


El objetivo Malvinas está lejos y varias generaciones actuales tienen asumido que ver recuperados esos territorios australes sigue, lamentablemente, muy distante. En medio de la desazón que esa realidad produce en la conciencia nacional, las acciones internacionales siguen mostrando favorable correspondencia con la posición de nuestro país en su derrotero por recobrar la soberanía de las islas.
Una de esas decisiones se tomó en la reciente 47ª Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), que finalizó el miércoles pasado en Cancún (México).
Si bien este encuentro deliberó con la mirada puesta en la crisis política y social de Venezuela, el plenario de cancilleres adoptó por aclamación una nueva declaración sobre las Islas Malvinas, que consideró como "un tema de interés hemisférico permanente".
La proclamación adoptada "reafirma la necesidad de que los gobiernos de la Argentina y del Reino Unido reanuden, cuanto antes, las negociaciones sobre la disputa de soberanía, con el objeto de encontrar una solución pacífica a esta prolongada controversia".
Asimismo, la OEA apoyó "la reafirmación de la voluntad del Gobierno argentino de continuar explorando todas las vías posibles para la solución pacífica de la controversia y por su actitud constructiva en favor de los habitantes de las Islas Malvinas".
En su intervención, el flamante canciller argentino, Jorge Faurie, renovó el legítimo reclamo de soberanía sobre las Islas y reafirmó la firme voluntad nacional de reanudar las negociaciones con el Reino Unido a fin de encontrar una solución pacífica y definitiva a la disputa, respetando el modo de vida de los habitantes de las islas y conforme a los principios del Derecho Internacional. Éste, como decimos, fue un hecho auspicioso de la comunidad de naciones americanas.
En cambio resultaron lamentables las afirmaciones que el embajador británico en nuestro país, Mark Kent, efectuara al diario "El Litoral" de Santa Fe donde dijo: "(…) muchas cosas nos unen, algunas nos dividen también, pero es la vida", insistiendo con respecto a la soberanía sobre las Malvinas, que los isleños "tienen su derecho a la autodeterminación" y "en la última palabra sobre su futuro".
Como se sabe la posición nacional al respecto es inversa y nos oponemos a la autodeterminación de los habitantes actuales porque no son población autóctona, sino trasplantados por los británicos desde Gran Bretaña, tras la expulsión de los colonos argentinos y del gobernador de las islas, Luis Vernet, en enero de 1833. La Argentina nunca aceptó la usurpación.
El representante británico bien pudo haber omitido los comentarios sobre la intención de su país de dar plena autonomía a los habitantes actuales; eso lo puede decir en su país, pero en nuestro suelo donde el asunto es de máxima sensibilidad.
Por lo tanto, en la cuestión sobre la soberanía, para nosotros y apoyado por una extensa doctrina, los kelpers no tienen arte ni parte en las negociaciones, sin embargo su participación en las decisiones es el aspecto que los ingleses utilizan como pretexto para negarse a cumplir con la Resolución 2065 de las Naciones Unidas del 20 de setiembre de 1965 que exhortaba a negociar.
Cerramos este comentario, con una argumentación de un ex ministro plenitopotenciario, Jorge Lidio Viñuela. Propone abrir en suelo malvinero una "entidad nacional" para ir consolidando nuestra posición en la región arrebatada. Según este diplomático, sanrafaelino de origen, "los ingleses no entregarán las islas y mucho menos se humillarán cediendo la soberanía; por eso yo hablo de una 'casa argentina'.
No se me ocurre otra forma. El electorado británico apoya incondicionalmente a los isleños… Y mientras eso ocurra, no hay posibilidad alguna de que los funcionarios británicos negocien nada de nada con la Argentina".
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