martes, 23 de mayo de 2017

Esteban Agüero, un espejo de Puntanidad para los sanluiseños, fue homenajeado en la Feria del Libro de Villa de Merlo

La Provincia de San Luis dejó su sello en la Feria Internacional del Libro. En el stand oficial, se organizaron diversas actividades que tuvieron como centro al poeta merlino Esteban Agüero. El 9 de mayo de 2017, la Provincia festejó su día con la presentación del Concurso "Esteban Agüero, 100 años", en el Salón "Roberto Arlt". El centenario del natalicio del poeta convocó a representantes de la literatura puntana quienes, a sala llena, explicaron la importancia del encuentro y el valor de la obra de Agüero.
Luego de proyectar, a modo de presentación, el corto "La Verde Memoria", referido a la niñez, juventud y adultez del poeta de Merlo, la vicepresidenta de la "Asociación Antonio Esteban Agüero", Teresa Fernández Bengoechea, ilustró a los asistentes con una reseña de la vida y el legado del hombre que dedicó su poesía a la naturaleza, los pájaros y el lugar donde vivió. Y agradeciendo la presencia del público, recordó que el escritor Jorge Luis Borges, en el prólogo de "La moneda de Hierro", nos dice que cada palabra, aunque este cargada de signos, inicia una imagen en blanco y compromete el porvenir. De este modo, al celebrar el centenario del natalicio de Agüero, se celebra también un compromiso con la palabra bella y precisa, sanadora y eterna. Con la palabra como material de la poesía y valor para la humanidad:
Mientras pasaban por la pantalla las imágenes de un Agüero niño acompañado por su madre y la naturaleza que lo inspiró, la oradora interrogó retóricamente:
-"¿Quién es este poeta que vive en un singular lugar y transmite la música de la palabra comprometiendo nuestro porvenir?"
Nació el 7 de febrero de 1917 en la localidad de Merlo. Su padre murió cuando era un pequeño a causa de la gripe europea, y apoyado por su madre inició un camino literario que siempre será recordado.
En ese ambiente de singular belleza, Agüero tenía como amigas a las cigarras, que con su canto nutrieron su alma hasta el punto de generarle una necesidad lírica de integrarlas a su poética. Su espíritu de bardo apareció a los quince años. Por esos años asistió a recitales con el propósito de dar a conocer su poesía y ejerció funciones públicas. Murió el 18 de junio de 1970, y sus restos fueron trasladados a Merlo. Fue enterrado cerca de un espinillo en las adyacencias de su casa, que ofrece pequeñas flores amarillas que representan a los pequeños soles del escudo de Merlo.
Al cumplirse 100 años de su natalicio, es de señalar que de su obra se destacan las Cantatas de San Luis, sobre todo los versos para el añoso y sabio Algarrobo Abuelo, un árbol centenario y milenario que, sostenido por sus gruesas raíces, abre sus ramas a quienes quieran admirarlo. Otros motivos de inspiración fueron los animales, su familia y su pueblo. Con posterioridad a su muerte, se publicó "Un hombre dice a su pequeño país", que obtuvo el premio del Bicentenario de la Revolución de Mayo. Allí se encuentran sus famosos "Digos": Digo los arroyos, Digo los oficios, Digo los primeros días, Digo guerras, Digo la mazmorra, Digo la tonada, entre otras composiciones que contribuyeron al desarrollo de las letras en el país. Digo el llamado canta el Cruce de los Andes bajo las órdenes del General San Martín, y el llanto de la madre que va a perder a su hijo en la Campaña.

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