"La violencia contra el clero en México aumentó en los últimos años, sin ver acciones concretas para detenerla. En los últimos 5 años van 17 sacerdotes asesinados en el país, además de que otros 2 resultan desaparecidos y en otros 2 casos trataron de secuestrarlos", es el balance que hace el sacerdote paulino, Omar Sotelo, director del Centro Católico Multimedia, que cada año presenta un informe sobre la violencia y los homicidios de sacerdotes y religiosos en México.
El pasado 9 de junio, el sacerdote Juan Antonio Zambrano García, de la arquidiócesis de Tijuana, fue atacado con un cuchillo y luego con un destornillador, en su parroquia de San Pedro y San Pablo. El padre Zambrano gravemente herido se está recuperando lentamente, aunque todavía con un diagnóstico reservado.
El 15 de mayo otro sacerdote diocesano, José Miguel Machorro, fue herido con arma blanca en el altar, al final de la Misa, en la catedral metropolitana de México, sufriendo heridas graves que en un primer momento hicieron temer por su vida.
"No es la primera vez que ocurren estos crímenes", habría señalado el arzobispo de Tijuana, monseñor Francisco Moreno Barron, en un comunicado en el expresó su preocupación por las diversas manifestaciones de violencia en el Estado contra religiosos.
Algo similar es lo que expresa el padre Omar Sotelo, quien consideró que "este nuevo ataque en Tijuana es solo el último de una larga hilera de actos criminales que desde hace varios años se están produciendo contra la iglesia católica".
"La población –dijo el padre Sotelo- está permanentemente expuesta a la criminalidad, lo sabemos bien, pero ahora sobre todo el sacerdocio se convirtió en un ministerio peligroso, en el curso de los últimos nueve años, México es el país con el mayor número de sacerdotes asesinados".
Por su parte, el pasado domingo 11 de junio, el arzobispo de Guadalajara, cardenal Francisco Robles Ortega, en la misa celebrada en el Santuario de los Mártires, denunció el aumento de la violencia y contó que hace unos días otro sacerdote sufrió un robo a mano armada, fue amenazado con una pistola y un cuchillo por dos delincuentes que le robaron el coche.
"Afortunadamente el sacerdote esta ileso –dijo el cardenal Robles-, pero esto habla de lo que estamos expuestos todos los ciudadanos, en un estacionamiento, a plena luz del día, no estamos seguros de la protección que nos deben proporcionar las autoridades", indicó el purpurado mexicano.
Según una investigación puesta en marcha por el episcopado mexicano, los actos de violencia contra el clérigo aumentaron en un 275% entre 1990 y 2015. México figura también entre los países donde la libertad religiosa es a menudo ridiculizada, al igual que en India, Pakistán o Turquía.
Numerosos sacerdotes y religiosos mexicanos informan sobre agresiones en las carreteras: robos, ataques a mano armada o disparos en ráfaga a sus coches cuando viajan con motivo de sus actividades pastorales. La mayoría menciona un "clima de terror y amenazas" con uso "de violencia y técnicas de intimidación".
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