miércoles, 29 de marzo de 2017

Cartoneros y científicos se ponen manos a la obra

Investigadores de las universidades nacionales de Córdoba y Río Cuarto, y cartoneros nucleados en las cooperativas de trabajo La Esperanza y Todo Sirve se pusieron manos a la obra para diseñar una maquinaria sencilla y accesible, que permita reciclar y agregar valor a residuos sólidos urbanos (RSU), como cartón, plástico, metal y vidrios.
Los usuarios de esta tecnología serán los propios cartoneros, que así podrían mejorar sus condiciones de trabajo e incrementar sus ingresos recuperando una creciente cantidad de materiales, que hoy no tienen otro destino final que los predios de enterramiento de RSU o los basurales a cielo abierto.
"Básicamente el proyecto consiste en maquinarias de ingeniería simple, también llamada de ingeniería popular, que tienen un componente técnico básico para agregar valor a la cadena de reciclado de los residuos sólidos urbanos. Más del 80 por ciento de ese material hoy se entierra, pero podría ser recuperado y generar un impacto ambiental y social positivo", explica Martín Maldonado, investigador del Instituto de Formación Pública (IIFAP) de la UNC y uno de los responsables del trabajo. La otra pata académica del proyecto es el Equipo de Comunicación y Rurbanidad de la UNRC.
Este es una de los 150 propuestas de investigación y transferencia científica seleccionados por el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la provincia, en el marco de convocatoria 2015-2016 para el apoyo y financiamiento del sector. Dicho programa involucra subsidios por un total de 8,7 millones de pesos, que el Ministerio comenzó a entregar la semana pasada.
Una de las apuestas del proyecto es lo que Maldonado denomina la "co construcción" del conocimiento, un desafío que compartirán académicos y cartoneros. Pues para llegar al diseño de una máquina, se partirá de los saberes y las necesidades de los cooperativitas relacionadas con su trabajo diario. A este bagaje de experiencias se sumarán los aportes académicos y científicos de los investigadores.
"Una máquina liviana, con un motor de lavarropas, puede ser llevada en un carro para procesar ramas y desechos de la poda, y transformarlo en leña", ilustra Maldonado. "Hay conocimiento en estas experiencias que con un poco de ayuda pueden convertir a sus depositarios en trabajadores formales", agrega.
Entre los desarrollos que baraja el equipo se cuentan una lavadora y secadora de polietileno; una procesadora (chipeadora) para reutilizar ramas y restos de madera y poda; y el desarrollo de prensas de cartón y plástico de bajo costo. Sumarán a ingenieros que traducirán en cálculos y planos los desarrollos del equipo que forman académicos y cartoneros.
Uno de los protagonistas es la cooperativa Todo Sirve, que funciona en la ciudad de Río Cuarto. Su actividad principal es el reciclado de polietileno, a través de la recuperación de bolsas de plástico y de silo bolsas, que transforman en plástico reutilizable. La otra cooperativa que participa es La Esperanza, en el sur de la ciudad de Córdoba, en el sector conocido como La Lonja. Se trata de un colectivo de unos 600 carreros, que trabajan con residuos sólidos urbanos.
Según el esquema de trabajo previsto por el equipo, en 18 meses se verán las primeras máquinas, entre cuatro y seis. Tienen intención de patentar estos desarrollos y recopilar en un libro todo el proceso de trabajo. Paralelamente, el proyecto busca fortalecer la organización y la administración de las cooperativas, y posibilitar la incorporación de bienes de capital a estas organizaciones.
Maldonado confía que el conocimiento generado en los próximos meses de trabajo, pueda servir a organizaciones y actores de un sector, que solo en la provincia de Córdoba, involucra a unos 3.500 recuperadores y cartoneros. "Es una propuesta rentable, ambientalmente sustentable y socialmente inclusiva", se entusiasma.
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